18 de agosto de 2008

¡¡¡Horror!!! Creo que Dr Jekyll era mujer.

Mi vida, aparte de todas las subidas y bajadas que tiene, además de todas las personas que circulan por ella, ha sido afectada por un ser peludo y negro. Desde su casual aparición en mi existencia, hace poco más de un año, mi vida ha dado un giro de 360º. Me cautivan sus ojos, su inocencia de niñita, sus bigotes largos y negros, sus patas que parecen gomitas y su pelaje negro brillante. Me ha demostrado que, a pesar de todos mis horrendos prejuicios, es un ser al que sí le gusta sentirse querido. Y tal es mi fascinación por ese horrendo bicho, que ahora soy capaz de acercarme a casi cualquier bicho de su especie sin sentirme amenazada por sus largas garras y sus ojos penetrantes. Soy capaz de quedarme en casa para hacerle compañía y hasta la dejo dormir a mi lado. Le he tomado cientos de fotos en cientos de diferentes posiciones, le he fabricado cojines para que se acueste, la baño cada mes aunque me rasguñe, y muchas otras acciones que me hacen una ama entregada y amorosa.
Sucede entonces que, como dicen por'ai "no todo es miel sobre hojuelas" y existen ciertas desventajas de tener a otro ser compartiendo el techo con uno. Esas desventajas, que en realidad, existen en todos los seres vivos, se llaman hormonas.
No sé qué pasa con todo el mundo, pero parece que eso de las hormonas afecta seriamente nuestras vidas. Sobre todo las mujeres, hembras, féminas, etc. cuyos ciclos hormonales son horrendos. Aún no he entendido al 100% esa cosa de la progesterona y los estrógenos, lo que si entiendo es que pueden hacerte pasar un muy mal día, o hasta una pésima semana, o un mes, o un año, depende de cuánto se las deje dominar nuestro ser. (Creo que me he desviado un poco. Lo siento.)
Así pues, este ser peludo tan maravilloso, tan amoroso, tan hermoso se ha vuelto un monstruo. Dr. Jekyll y Mr. Hyde seguramente era una mujer. No es posible que eso llamado hormonas, pueda hacer que mi muy querida niña negra se haya vuelto insoportable. Lo peor de todo: ya fue operada, no debería estar pasando. Ahora, lo único que queda es esperar. Esperar con maullidos en la noche y en el día. Esperar cuidando la puerta para que no escape. Esperar sin poder cargarla porque está muy sensible. Esperar sin poder abrir las ventanas de par en par. Esperar, esperar, esperar. Al menos eso dijo el veterinario que me cobró una alta suma de dinero para decirme: "Espera un mes o dos, a ver si se le pasa". (¿Se me pasará a mi también?)

3 comentarios:

Fairest Creature dijo...

¿Qué onda, tú, leona dormida?
¿Sabías que "cohabitar" es grosería?
Los estrógenos son los jodidos. La progesterona rifa, y tiene a su amiguis la progestina que también es la buena onda. Todo lo demás se hace bolas y se convierte en quistes y te vuelve propensa a morir por ingesta de 250 miligramos de cafiaspirina.
Por otra parte, se me hace que no le sacaron bien las tripas a la Comepán, porque en caso contrario estaría menos roñosa.
Chale, todos los doctores son iguales, nomás te mandan reposo y espera y te prohiben el café y el picante. Sólo me gustan los anestesiólogos porque pueden conseguir drogas intensas, calman el dolor de muela y tienen un emoticón propío en el messenger =)

Chaaaa, salúdame a ese par; también a la Cartulina Opalina... la Azul, ésa. A Hermione no me la saludes hasta que se le pase el berrinche.

Nadia dijo...

¿En serio es grosería? jajajaja!!! Lo cambiaré!!! Jajajaja!!! No cabe duda que soy de rancho!!!

Anónimo dijo...

Pésimo, en verdad, pésimo.