27 de junio de 2010

LA CONQUISTA

No, no es la conquista amorosa, no. Este post trata sobre mi calvario para crear una obra acerca de la conquista de México, esa donde intervinieron Moctezuma, Cuauhtémoc y Cortés.

No están ustedes para saberlo, ni yo para contarlo, pero en mi trabajo me piden, más bien, me exigen cada año una obra sobre un tema específico. Ahora que estamos con esto del Bicentenario, pues a mi jefa directa se le ocurrió la brillante idea de hacer una línea del tiempo, en la que contásemos la historia de México. A mi se me hizo muy fácil escoger el tema de la Conquista ¿por qué? La mera verdad, no lo sé. Sólo sé que de repente me ví envuelta en un mar de libros y de información sobre el tema, sintiéndo que me ahogaba y que no podría escribir nada. Porque han de saber, que acá en mi trabajo piden muchas cosas, entre ellas, que tenga uno la capacidad de escribir una obra de teatro, así bien bonita y llena de personajes, con bailes y cantos y poesía. Francamente, yo de escritora de obras soy un verdadero fiasco, pero la presión hace que salgan cosas más o menos rescatables, y si no son rescatables, por lo menos, a mi me sirven para aprender un poco de todo. Es así como me embarqué en esta tarea de escribir la dichosa obra.

Ahora sólo les puedo decir que el martes será el día que la presentaremos, que muero de nervios por que todo salga bien, que me estresa el pensar que a alguien se le olviden sus líneas, o que no llegue, o que traiga el atuendo incompleto.

Ah, aparte de escribir, también me las tengo que ingeniar para ser escenógrafa y coreógrafa. Para esto tuve que meterme a cientos de páginas y revisar muchísimas imágenes sobre el tema. He de confesar que también bailé horas frente a la computadora, imitando los pasos de los danzantes prehispánicos, con tal de que saliera un baile más o menos adecuado. La música también fue otro elemento que me tomó varios días, porque tuve que escuchar varios discos para encontrar las piezas ideales para cada momento de la obra.

Ha sido un pequeño calvario personal. Acá en el trabajo todo mundo anda bajo mucha presión y comienzan las peleas y los gritos y sombrerazos. Yo ya llevo mi dósis de eso, de hecho, tuve una disputa y ahora estoy distanciada de alguien a quien en verdad aprecio. Pero bueno... es el precio que hay que pagar por la chamba... o en realidad no sé por qué.

A continuación, unas imágenes de lo que será parte de la escenografía, son dioses caseros, hechos a mano, con pintura vinílica, sobre papel kraft, delineados con plumón y con su toque de diamantina pa'que luzcan.

Tláloc

Huitzilopochtli

Quetzalcóatl