20 de marzo de 2011

Pesadilla en la calle del... ¡la fregada!

Acostada boca arriba en mi cama, de repente sentí como unas manos que no eran mías, pero que estaban detrás de mi, me pellizcaban la cara. En los pies sentía movimiento, como una vibración. Gritaba: ¡Ya! ¡Detente! ¡Déjame en paz! Y los pellizcos no cesaban. Hasta que al fin desperté. Abrí los ojos y parecía que el corazón se me saldría en cualquier momento. Me sentí muy asustada y angustiada. De repente, ¡rrrrrrriiiiiiiiiing!, suena el teléfono. Mi corazón dió un salto más fuerte y preferí ignorar el timbre y tratar de conciliar el sueño. El timbre se detuvo y volví a respirar. !Rrrrriiiiiing, rrrrriiiiiing, rrrrrrriiiiiiing! ¡volvió a sonar el teléfono! ¡Qué susto! No quería contestar.

Finalmente, llegó un mensaje a mi celular:
Te estoy marcando!!! Ya te dormiste?
Ah, me regresó el alma al cuerpo, era mi hermana. Bajé corriendo a llamarla y contarle el horror que había sentido.

¡Fiú! Pinches pesadillas feas.

2 comentarios:

Diana dijo...

De nada.

;)

Nadia dijo...

Gracias, te quiero. No sé qué hubiera sido de mi si no me mandas ese mensaje, ya estaba muy paranoica.