10 de julio de 2010

Macrodactylus Mexicanus o La Triste Vida de un Pipiol


Todo se remonta a mi infancia: Recuerdo que durante mi primaria, hace algún tiempo ya, durante estas épocas de lluvias, a la hora del recreo había miles de estos insectitos, conocidos aquí en mi pueblo como pipioles, volando por el patio. Causaban todo tipo de reacciones: ya saben, los típicos niños que los aplastan, las nenitas que chillan y gritan como si las estuvieran matando y así. Ahora confesaré algo que actualmente me llena de vergüenza porque estaba mal, muy mal. Tenía una amiga en tercero, bueno, de hecho todavía es mi amiga, y con ella atrapábamos a los dichosos pipioles, los explorábamos y, no sé de dónde, mi amiga consiguió una jeringa. Sí, una jeringa con su aguja y todo (¿qué los maestros no hacían guardias para mantenernos a salvo de los peligros?). Bueno, y con esta jeringa llena de agua, inyectábamos a los pipioles hasta que se inflaban todos y morían ahogados y perforados y maltratados. Era un hobby muy interesante, pero muy cruel y del cual me avergüenzo mucho.

Tiempo después, ya olvidados esos hábitos desagradables, me acostumbré a la presencia de estos bichitos durante esta temporada. Siempre hay gente que les hace el feo, y se dice que estos escarabajos, que son tan grandes como un frijol, pueden entrar al oído y comerse el tímpano. Yo no lo creo. No sé cómo le hacen los pobres para sobrevivir, ya que no tienen defensa alguna, no pican, no muerden, no echan ningún ácido a los ojos, ni rayos láser. Sólo son unos escarabajos voladores, bastante torpes, y con unas patitas muy pegajosas que les permiten adherirse a cualquier cosa que se atraviese por su camino: cabello, suéteres, chamarras, mochilas, plantas, flores, etc.

Recuerdo otra anécdota de pipioles: Hace tiempo, nos mudamos a una casa con varios ciruelos, todos muy lindos y llenos de flores y abejas, pero lo que no sabíamos es que a los pipioles les encantan las hojas de estos árboles. Sucede entonces que, llegada la temporada de pipioles, los árboles comenzaron a poblarse de estos insectos hambrientos. En un par de días todas las hojas parecían encaje y ya no se distinguían las ramas por la cantidad impresionante de bichos que ahí habitaban. Es así como alguien nos recomendó fumigar. ¡Fatal error! El hombre que fue a fumigar casi muere intoxicado por el insecticida que arrojó a los árboles, y según sé, estaba utilizando mascarilla. Cuando regresé de la escuela, encontré alrededor de los árboles, un tapete inmenso de bichos retorciéndose en agonía. Fue muy triste. Me sentí muy mal por los pobres pipioles ahí todos tirados muriendo. Fue cruel.

Hoy en día, los pipioles se han convertido en uno de mis bichos favoritos, después de las catarinas. Ahora los tomamos con las manos y los dejamos caminar por nuestros brazos y luego los dejamos volar libres a que sigan acabando con las hojas de los ciruelos.

Aún no sé por qué esos bichos me causan tanta curiosidad y ternura. Ya sé, están bien feos, pero a mi me gustan mucho. Creo que tengo que pagar deudas con ellos por la crueldad con que los he tratado. Debo confesar que llevaba años buscándolos en la red y jamás los había podido encontrar hasta hoy, que dí con su nombre más común: frailecillos. Como dije antes, en mi pueblo se llaman pipioles, y también he oído que les dicen padrecitos o nenis.

Hoy descubrí su verdadero nombre y encontré la única imagen disponible, que hace honor a su verde existencia.

*La imagen la saqué de aquí.

15 comentarios:

Diana dijo...

Ahorita veo el enlace que pusiste, porque ya me interesó saber más de la vida y obra del pipiol. Por lo pronto:

1. Primera noticia de que hacías crueldades con los pipioles de la escuela. ¿Quién era la amiga de la jeringa?, ¿Araceli? Qué malas. Me indigna mucho ver tanta crueldad en este blog. Sin embargo, para hacer un acto de perdón magnánimo, confesaré que yo quemé un mayate y todo se apestó. A mi favor está que el mayate estaba muerto. ¿Puedes hacer un post sobre mayates? Ésos son todavía más feos que los pipioles y más pegostiosos y más zumbadores y asquerosos. Yuuuk.

2. Efectivamente: no pican, no rasguñan, no hacen nada. Su medio de supervivencia es la reproducción velocísima. ¿Los has visto ahí todos pornográficos copulando maniáticamente sobre las hojas-encaje de los ciruelos que destruyen por completo? Yo los odio, son una horrenda plaga que se triplica en una noche. Son imposibles y crujientes. Esúpidos pipioles.

3. De esa anécdota que cuentas, yo recuerdo una imagen buenísima: la caída de los pipioles muertos sonaba como lluvia. Caían cientos y cientos de pipioles por segundo. Los cajetes de los ciruelos, cubiertos por completo de pipioles agonizantes, se veían como una masa viva, tierra mutante. Luego empezó a llover, más fuerte que nunca, y los pipioles muertos se fueron desperdigando por todo el jardín. Y en los siguientes días el pasto reverdeció de una manera increíble. Benditos pipioles: son más verdes y hermosos cuando están muertos y producen vida que cuando están vivos y se comen todo.

4. Yo no quiero a los pipioles, aunque me gusta tomarles fotos. Y tengo varias por ahí que voy a pasarte para que agregues a tu colección. Acaso lo único que me gusta de ellos es que producen una especie de orgullo estatal, ja, porque acá en DF no hay y nadie los conoce. Entonces uno puede presumir de la fauna endémica del Edomex. Y comer paletas de flor de nata. E ir a la lonja mercantil. Y así, pura cosa bien toluca, como la conjugación endémica del rumbo :)

Porque...
El Estado de México es uuuna
prepotente existencia moraaal,
porción es de la prístina cuuuna
de la gran libertad nacional.

Son sus hiiijos, su carne y su sangre,
en la pena, sufridos y estoooicos;
en la gueeerra, patriotas y heroooicos;
y en la paaaz, hombres son de laboooor.
Mexicaaanos por patria y provincia
responsaaables en este momento
son un sooolo y viril sentimiento;
son un aaalma de fuerza y amor.

No mames, amo lo del viril sentimiento.

Diana dijo...

Ah, y el Súper Kompras.

Diana dijo...

Me dolió todo el cuerpo al escribir "Súper Kompras". Pero ps es que así se escribe. Y tiene un carrito del súper con carita, muy coqueto él.

Unknown dijo...

Yo estoy confundida, no sé si los pipiolos son lo que yo conozco como quijotillos :S
¡Buena semana!

Diana dijo...

No. Los quijotillos son negros y tienen una rayita amarilla en la coraza. Son básicamente igual de molestos y viven en el Poli, en las almohadas de hojas secas.

Nadia dijo...

Dianita:
1. Mayates... mmm... tendré que investigar. Sólo sé que se llaman Mayates de mayo y que como ya es julio se volvieron a esconder.

2.No son estúpidos, son lindos. >=(

3. No recordaba lo del pasto, ni lo de los pipioles regados por todos lados. O_o

4."Viril sentimiento": es un himno harto inspirador.

5. Yo no voy al Súper Kompras porque es bien caro y aparte está bien feo.

¡Beso!

GA: Yo no conozco a los quijotillos. ¿No son los que andan en pos de Doña Blanca?
Un abrazo. :D

Vicky dijo...

Mirar al pasado y recabar sobre nuestros crímenes. Sabes... he llorado a veces recordando el daño que le hice a otros seres y sólo la profundidad del horizonte, parece consolarme.

Vicky dijo...

Mirar al pasado y recabar sobre nuestros crímenes. Sabes... he llorado a veces recordando el daño que le hice a otros seres y sólo la profundidad del horizonte, parece consolarme.

Vicky dijo...

Mirar al pasado y recabar sobre nuestros crímenes. Sabes... he llorado a veces recordando el daño que le hice a otros seres y sólo la profundidad del horizonte, parece consolarme.

Diana dijo...

No entiendo por qué la profundidad del horizonte podría consolarte de haber torturado a un bicho. Profundiza, si eres tan amable. Saludos.

Anónimo dijo...

Interesante. Yo soy de Toluca y también los estoy buscando así en la web como "pipioles", pero creo que en ningún otro lado se conocen así. Creo que todos jugamos de niños con esos pobres insectos, debido a su pasividad. Se prestaban para hacer experimentos con ellos, jaja, pobrecitos. Saludos!!

Nadia dijo...

Sí, a mi también me costó mucho trabajo encontrarlos, pero se han convertido en uno de mis bichos favoritos y tenía que hacer justicia a su verde y sacrificada existencia. ¡Gracias por el comentario! :D

Guido y los freaks dijo...

Supongo que sobra decir que soy de Toluca y los llamo pipioles también. Aunque para mí los pipioles son café, muy grandes y no dañan tanto los jardines. Por otro lado los chahuistles son verdes, más pequeños y se comen cualquier cosa que lleve a cabo la fotosíntesis. Son unos bichos muy simpáticos pero tengo que admitir que, de niño, también era muy cruel con ellos. Les ataba un hilo y los llevaba volando como a un pequeño papalote.

Escribí tantas palabras nahuas en este comentario. Me encantó.

Nadia dijo...

Guido: Creo que hay una confusión con los nombres de estos bichos. A los verdes los he conocido como pipioles pero también a los cafés que salen en las tardes, pero hay personas que los llaman mayates. Aún no sé cuál es su nombre oficial, lo que sí sé es que justo ahora andan revoloteando por los jardines y se adhieren a la ropa y al cabello con sus patitas pegajosas.

Usarlos como papalote es menos cruel que hacer todo lo que hice con esos pobres bichillos.

Gracias por el comentario. :)

Anónimo dijo...

Acá en mi país son tangushinis (no sé si así se escriba) y acá los pipioles son otros