21 de diciembre de 2008

El Día que Los Olvidados Detuvieron la Tierra

En algún momento de mi vida quise dedicarme al cine. No sucedió así. Algún día contaré detalles. Ahora, lo que me interesa es ver cine, ver y ver y ver. Veo películas prestadas, las que pasan en la tele, a veces voy a cine, y así, veo y veo y veo. Últimamente no me ha ido muy bien con eso, porque no siempre tengo tiempo de sentarme por horas a ver una película. Pero hoy me desquité. Ví dos películas nuevas para mí: The Day Earth Stood Still y Los Olvidados. Definitivamente muy diferentes la una de la otra, y esto no es una comparación de ellas, es sólo comentario separado de ambas.

The Day Earth Stood Still la ví en el cine, en pantalla IMAX. Como siempre, todo pasa en Nueva York que es la capital del mundo del desastre, el apocalípsis y demás eventos catastróficos. Esta vez, no sé porqué, no sacaron a la estatua de la libertad desmoronándose. Ví a Keanu Reeves en su mismo papel de siempre: tieso, acartonado y con su manera cortante de hablar. No puedo decir que no me gustó, aunque pasa lo mismo de siempre y a veces me parece que estoy viendo pedazos de otras películas apocalípticas, pero hubo momentos que creo valieron la pena. Me hubiera gustado que el mundo terminara ahí, que exterminaran al ser humano y adiós. Eso de que las crisis generan cambios me parece muy dudoso y no creo que el extraterrestre se pudiera haber convencido de dejarnos seguir viviendo en este mundo con un pequeño gesto de cariño. Honestamente, de haber sido yo el ente alienígena, destruiría a la tierra sin chistar. Pero bueno, la cosa es transmitir esperanza e ideas de cambio en el mundo. ¡Ja, no lo creo! De las cosas que sí me latieron fueron los bichillos esos que parecían sarna metálica y empezaban a carcomer todo, también me gustó la idea de llevarse seres de todas las especies como arca de Noé. ¡Y ya! Por lo demás, creo que cumple con su cometido de entretenimiento, pero insisto, debieron haber destruido la tierra. ¡Qué más da!

Ahora, en mi afán de hacerme de una videoteca más o menos decente, busco por lo general películas que valga la pena tener. Hoy, saliendo de ver al sr. Reeves, me dirigí a la tienda de discos y encontré Los Olvidados por 66 pesos. ¡Pobre Buñuel! Debe estarse revolcando en su tumba porque su obra está siendo malbaratada. En cambio, yo aprovecho esas ofertas para hacer mi videoteca más grande e interesante. Bueno, al fin ví Los Olvidados. Me dejó sin palabras. Sólo me di cuenta que es en verdad cruda, y que las cosas fueron, son y seguiran siendo iguales. Desesperanzadora, triste y cruel. El final crudo y deprimente me gustó. Luego vi el final alterno: qué mal que obligaron a Buñuel a hacerlo, pero qué bien que no quedó en el corte final. Es dulce, esperanzador y destruye el resto del carácter de la película. Hasta la música es ñoña y melosa, como de una película de comedia. No quiero decir más, sería arruinarla y no quiero eso. Me gustó, no sólo por ser de Buñuel, no sólo por la foto de Figueroa, sino por su contenido y su retrato de la crudeza, por lo que me hizo sentir y como, aún siendo tan antigua, sigue siendo vigente.



Espero pronto volver a visitar ese lugar donde malbaratan buenas películas y hacerme de otras más.

1 comentario:

Fairest Creature dijo...

¡Qué chidis!

Ahora que vas a empezar con tus maratones cinéfilos, espero que contemos con más reseñas y críticas.


Te quiero.