8 de agosto de 2011

Divagando... de bodas, uniones y desuniones

A últimas fechas he asistido a un par de bodas, así muy bonitas y glamorosas. Novia de blanco, novio de traje, iglesia, padrinos, salón, comida de tres tiempos, baile y todos los elementos que caracterizan una clásica boda. Como en muchas ocasiones, las invitaciones traen una pequeña tarjeta de una tienda departamental, para que uno escoja el regalo de entre una selección que los novios hicieron previamente. La gente, aparte de gastar en vestido, zapatos, peinadito y demás, debe cumplir con un regalo para los novios, como parte de la tradición, para ayudarlos porque apenas empiezan, o yo qué sé.

Ahora, también me he encontrado con parejas que simplemente deciden que es momento de unir sus vidas, pero sin ceremonias, ni papeles, ni escándalo. Deciden vivir juntos, sin necesidad de ir a un templo, al registro civil y mucho menos hacen grandes fiestas para festejar el evento. Entonces, a falta de fiesta y grandes festejos pues parece que no tienen derecho a que la gente les obsequie cosas para su nueva vida y tienen que, prácticamente, rascarse con sus propias uñas. Habrá quienes se alegren de esta unión y decidan obsequiarles algún electrodoméstico o algo para su nuevo hogar. Pero en la mayoría de las ocasiones, no sucede así y son ignorados en ese sentido y en muchos otros. Hay pocas felicitaciones, pocos abrazos y como que la gente no se alegra tanto. A mi me parece que cualquiera de los dos casos son perfectamente válidos y todos debiéramos alegrarnos por estos acontecimientos, con celebración (religiosa, civil) o sin ella. Me parece injusto que las parejas sean completamente ignoradas y pocos tengan un detalle de atención hacia ellos.

Otro caso es cuando las parejas deciden separarse. Tampoco a ellos ni quién les tire un lazo. Son mal vistos, ovejas negras, fracasados, etc. Igual que en la unión libre, en la separación pues habrá uno que otro buen samaritano que tienda su mano. Pero por lo general, las personas son dejadas a su suerte. Habrá quien regale cosas usadas, algunas nuevas, pero no es lo común. Así también, deben rascarse con sus propias uñas.

Por los dos motivos mencionados anteriormente, espero que pronto existan las mesas de regalo para las parejas en unión libre y que sientan la felicidad de escoger chucherías para su hogar con la seguridad de que alguien se las regalará de buena gana, y otra mesa de regalos para personas recién separadas.

Este parece un post muy materialista, pero no lo es. Tiene que ver con nuestra percepción de lo que está bien y lo que está mal. Casarse por la iglesia y el civil está bien visto, vivir en unión libre pues no está tan bien visto, separarse es pésimo, y así en la misma proporción son los buenos deseos de la gente y ésto se demuestra en las mesas de regalos que ofrecen las tiendas departamentales ésas gigantes y caras. ¿O acaso han visto la Mesa de Regalos Para Unión Libre o Para El Recién Separado? No ¿verdad? Claro que no.

Así que cuando sus familiares o amigos estén en esa situación, organicen, aunque sea, una vaquita y demuestren sus buenos deseos, no sean egoístas.