28 de septiembre de 2008

¡¡¡taxiiiiii!!!

Frecuentemente soy usuaria de este servicio de transporte. Y me he dado cuenta que los taxistas lo usan a uno de psicoterapeuta. Sólo es necesario hacer una breve pregunta sobre el clima, o lo que sea, y esto detona una serie de historias y anécdotas que jamás me hubiera imaginado.

Me han contado dónde se venden sustancias ilícitas, he sabido dónde se llevan a cabo orgías y pachangas de gran magnitud (uno siempre debe tener esa información), platican de política, del medio ambiente, del tráfico, también me han platicado de su vida en el Gabacho, he platicado con taxistas que son biólogos o químicos o maestros, me cuentan de sus hijos, unos con gran orgullo y otros con gran pesar. Hubo una vez una historia escalofriante sobre un crímen pasional, donde el amigo del taxista mató a su señora y al amante con un cuchillo de cocina, la mera verdad, me asusté mucho, y ya me quería bajar, pero no pasó nada y llegué a mi destino sin novedad. Hubo uno también que escuchó el tono de mi teléfono de la Marcha Imperial, y se puso a platicar de Star Wars, bien emocionado, tanto que me ofreció pasarme un tono mejor vía infrarrojo. Lo malo es que mi cel tenía la batería baja. La mejor historia que he escuchado fue la de un taxista que alguna vez fue luchador. Ya jamás me enteré porqué dejó eso de la lucha libre, había llegado ya a mi destino...

He hecho corajes con varios taxistas unos porque no tienen cambio, uno una vez me bajó del taxi porque me pareció muy caro el precio, era un viejillo enojón y me dejó abandonada ahí, a media calle. En otra ocasión ya un taxista me llevaba por otro lado ¡el muy zonzo! También me puede enojar que el taxi huela mal. ¡NO LO SOPORTO! Unos huelen a fruta podrida, otros a mercado, otros a que el taxista así como se levantó, se subió al vehículo, y ya se imaginarán: olor a cama y cabello grasiento. Termino abriendo la ventana y sacando la cabeza como perro. Una vez me grité con un taxista ratero. Qué coraje hice. Me quería cobrar muchísimo por una distancia relativamente corta. También me ha pasado que a veces, cuando hace frío, ponen la calefacción y es un horno. Mientras que otros, que no sufren de frío, tienen todas las ventanas abiertas y entra el aire helado. Algunos hablan por teléfono, o usan su radio para andar albureando a sus compañeros con sus claves esas numéricas, que finalmente uno termina entendiendo.

Otra de las curiosidades, por así decirle, es el decorado. Hay de todo: zapatitos, vírgenes, patas de conejo, de cabra, lazos, peluchito, tapetes en los asientos, playeras, balones, rosarios, espejos, lucecitas, diamantina. Y hay quienes decoran de acuerdo a la temporada: 16 de septiembre, Navidad, Muertos, etc. También la selección musical es genial: están a los que les gusta la banda, otros lo tropical, hay algunos nostálgicos que escuchan estaciones con canciones bien viejitas, hay metaleros y poperos también. Pero lo más popular es la banda y esas cosas que desconozco, pero me he aprendido varias tonaditas.

La última buena experiencia que tuve, fue con un taxista que no traía cambio. Y me dijo: "Así déjelo. Hagamos de cuenta que le di un "ride"". Yo me sentía muy apenada y me negaba a que me diera el servicio gratis. Pero lo último que dijo fue: "Dios es bueno con todos. Así déjelo, de veras." Entonces le agradecí y me salí. Qué tipazo.

Y así, seguiré recolectando historias de taxistas a mi vasta colección.

24 de septiembre de 2008

Un elefante se columpiaba...


Hoy me quedé sin palabras, sin aliento. Me sentí impotente y me puse a buscar la información.

Hoy vi lo absolutamente crueles, egoístas y despiadados que podemos ser. Hoy, como muchas veces, me di cuenta que esta extinción, esta decadencia tienen un porqué. Ya nos lo acabamos y como todo lo que acaba, debe renovarse. Este mundo pronto nos sorprenderá con una gran catástrofe que nos haga desaparecer a todos para siempre. Y dará paso a una renovación a un renacimiento, que bastante falta le hace a este pobre planeta. Esto es el fin. Y mientras intentamos sobrevivir, lo vemos venir.

Durante la mañana me enteré:

Un elefante hembra de nombre Indra fue atropellada en la carretera. La pobre estaba harta y escapó del circo donde la tenían trabajando. Quiso cruzar la calle y ahí encontró su fin. Una señal de que el mundo está por decaer y finalizar. ¿Qué tenía que hacer ese pobre animal, lejos de sus tierras, corriendo entre edificios y tratando de escapar? ¿A dónde? Vi la foto. Qué mal me sentí. Aún dudo si debo publicarla o no. No sería justo publicar el cadáver de un elefante. Que en paz descanse. Fin de su sufrimiento, un elefante menos, la cuenta regresiva continúa...

Al seguir buscando encontré una serie de noticias igual de descorazonadoras:
  • 6 elefantes que murieron electrocutados en la India, por estar en estado de ebriedad
  • la ejecución de un elefante "criminal" en Estados Unidos en 1916 (la foto es deprimente, el elefante elevado con una grúa, en su enorme horca)
  • un elefante que se recupera de la adicción a la heroína en China
  • un elefante que pisó una mina antipersonas y perdió su pierna, ahora trae prótesis
  • un par de elefantes, macho y hembra, escaparon del circo donde trabajaban
  • una serie de fotos de elefantes jóvenes siendo torturados para separarlos de sus madres
Y así los elefantes se siguen columpiando sobre la tela de la araña...

23 de septiembre de 2008

ADICCIONES

¿Qué pasa con la gente? ¿Qué no podemos vivir sin adicciones?

Yo soy un caso perdido, he caído en las garras de algunas de estas adicciones que finalmente me llevan a la frustración o a la depresión.

1. Tabaco: nunca pensé que fumaría. La primera vez que lo hice tenía yo como 9 años y me pareció asqueroso. Ay, nuncá comprenderé como caí aquí. Ahora llevo más de 10 años matando mis neuronas y calmando mis nervios con mis infalibles Marlboro rojos. Aunque he probado de muchos: Benson & Hedges dorados y mentolados, Broadway, Boots y hasta Alitas (¡que son la neta!). Algunas veces lo quiero dejar, pero mi cuerpo ya no lo permite. Me corroe la ansiedad.

2. Televisión: Qué placer es cambiar canales, ver películas de todo tipo y programas que no llevan a nada. Qué divertido es abstraerse del mundo viendo como otras personas se lo pasan de lo lindo o tienen aventuras que jamás soñaría tener. Jamás tendré 5 fieles amigos en un departamento en Nueva York, jamás iré de cacería con mi hermana a matar monstruos y espíritus chocarreros, nunca utilizaré la luz ultravioleta para encontrar rastros imperceptibles de sangre y demás fluidos corporales, y nunca nunca caeré en una isla misteriosa con otros mensos como yo con los que siempre he estado conectada de alguna extraña manera, nunca salvaré vidas en una sala de emergencias, y supongo que tampoco nunca tendré sueños premonitorios para resolver crímenes, nunca podré ser amarilla. No, nada de eso. Yo sólo cambio los canales y ellos hacen todo por mi. ¡Qué bonito!

3. Internet: Increíble tener una puerta al mundo exterior encerrada entre cuatro paredes. Realmente increíble. Tener acceso a todo tipo de información. Aaaah, qué bonito es cosechar amistades a través del jaifai y el feisbuc. Qué satisfactorio tener conversaciones a larga o corta distancia a través de una pantallita. Me fascina la facilidad de hacer amistades, de convertirse en lo que uno no es, en aparentar ¡qué dicha!

4. Trabajo: Llegar temprano, esforzarse, poner cara de felicidad todo el tiempo aunque verdaderamente te esté llevando pifas. Llevarse trabajo a casa, desvelarse horas por completar las tareas. Dedicar las tardes a hermosas actividades laborales, perderse de salidas y llamadas telefónicas. Es algo muy productivo. Me llena de satisfacción poder terminar mi trabajo y poner todo mi esfuerzo para obtener unos centavos. ¡Aaaah, qué felicidad es dedicar un fin de semana entero al trabajo, sin salir, sin convivir con el mundo exterior!

Y así, adicciones van, adicciones vienen. Bueno, en realidad nunca se van, sólo incrementan en número o en gravedad.

¿Qué haría yo sin ellas?


El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra. A ver...

Peticiones temporales

Heath Ledger murió en Inglaterra. (mmmm, no lo sabía)
Y
El kiwi se ha extinguido

¿Informes?
La Cabeza de Berlioz

10 de septiembre de 2008

So...


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So blue, so blue and lonely...

4 de septiembre de 2008

Bloody Age

200 metros libres
150 metros de brazada de pecho
150 metros de flecha con patada de pecho
150 metros de patada de pecho en posición de dorso
150 metros de pecho
150 metros libres finales

Resultado: 950 metros recorridos sin descanso, 60 minutos de interminable tortura, dificultad para respirar, dolor muscular, el ego lastimado (hubo quienes salieron frescos como una lechuga), un hambre atroz, unas infinitas ganas de dejar de fumar -claro que esa intención terminó una hora después.
Claaaaaro, como ya no tengo 15 años...

Bloody ageing!

Sólo regreso por sentir el visible efecto de las endorfinas. Aaaaahhhh!!! Tan necesarias!